top of page

UNA PARTICULAR MORADA

De casa de Chapí, a sede y nexo de unión a la decana de las asociaciones festeras de Villena.

 

A las faldas de la montaña, en la que se erige majestuoso el castillo de la atalaya, al final de las escaleras de Santa Bárbara que desembocaban  en lo que en otros tiempos fuese la torre del orejón, de teja moruna, a dos alturas y fachada blanca encalada como lo requería la tradición, enclavada en la más céntrica plaza de la villa, teorías no confirmadas la sitúan como posible cuartel de la remonta del ejercito de caballería en tiempo inmemorial, su pertenencia a una orden religiosa, y otros usos, fue testigo del devenir de la historia de un pueblo que en tiempos hizo de su plaza mayor punto de encuentro de la vida social diaria, de gentes autóctonas y venidas de toda la comarca, en su plaza se viva al soniquete de vecinos que ofrecían sus mercancías en lo que suponía un colorido y variopinto mercado, en los laterales los puestos del pescado, especies que inundaban todos sus rincones de aromas penetrantes, el incesante martilleo del zapatero remendón y todas y cada una de las estampas típicas de un mercado en el cual la población se surtía de las humildes viandas a las que lo austero de la época les podía permitir. Incluso a la compra de la misma por un barbero apellidado Chapí, sirvió para los menesteres de este oficio, mediante el cual la familia Chapí Lorente subsistía en la época. Uno de sus hijos fue el que mayor nombre le dio a esta casa, en ella nació y comenzó a dar sus primeros pasos el que luego sería una destacadísima figura musical en la época. Ruperto… don Ruperto Chapí Lorente, hasta la época actual fue morada de puesto de saladura, de almacén de algún vendedor textil, y sobre todo olvidada, olvidada y abandonada, su historia, sus moradores, su situación privilegiada, aquella plaza mayor que antaño tanta vida le diera a la población, moría lentamente ante la expansión sin freno de zonas más valoradas… 

COMPARSA DE CRISTIANOS

Corrían los agitados años setenta, y la comparsa de cristianos vivía tiempos de cambio, por una parte era presidente de la misma Francisco Galván, el cual no solo ejercía de presidente si no de padre, protector  y mecenas si el momento lo requería, también en algunos momentos de freno al ansia de renovación de nuevos jóvenes que hasta la comparsa se acercaron tras los difíciles años sesenta en la que la comparsa pasó algunos años de penuria.

Por estas épocas, la comparsa deambulaba casi año a año por diferentes casas, situadas en las más diferentes zonas de la ciudad, y la mayoría de ellas pertenecientes a Paco Galván, se estuvo en las casicas de Hellín, en la bodega de Luis al lado de la Churrería el Frasquito, las juntas se celebraban en el bar el niño, los problemas con los músicos no era inherente a esta comparsa solamente pero entre la salvadora y la casa de algún socio se salía del paso se puede decir que las condiciones no eran las mejores pero se iba tirando.

La juventud, quizás la imprudencia que da la misma, y el empuje que el nuevo presidente Pascual Mullor dio a la comparsa hizo que en el año 1978 y al auspicio de una asamblea ordinaria, en la que al parecer las cuentas o no salían o eran muy ajustadas, Juan Amorós, comenta la posibilidad de comprar una casa en propiedad e intentar huir de los alquileres que año tras año grababan a la comparsa. Antonio Pardo propuso crear una comisión que se ocupará de este tema más en profundidad.

Puestos al asunto se vieron algunas casas una de las que más

gustaba era la perteneciente a Pedro Palao sita en la calle el

hilo, la comisión decide ir a verla para poder decidir…

Pero el destino es caprichoso, y la reparación de unas botas

quiso que el devenir de los hechos cambiara radicalmente, en

el día anterior en el que se debía visitar la casa  en la calle el

hilo, Juan Amorós visita al zapatero que tenía su taller en la

plaza mayor, y como en cuestión de fiestas todo se sebe y todo

se cuenta, en animada tertulia sale la conversación de la casa,

reseñando el zapatero que la casa de al lado creía que estaba

a la venta. Era la casa donde nació Ruperto Chapí.

Juan rápidamente lo puso en conocimiento del presidente Pascual y sin mucha más demora se efectuaron las gestiones para poder ver la casa. La misma era una autentica ruina, la parte de la izquierda pertenecía a Ramona la de la saladura, la parte derecha estaba alquilada a perico el de casa magdalena, pero el interior era peor, el techo derruido las escaleras para subir a la parte alta casi inexistentes, una autentica ruina, pero lo que les convencía era la plaza, la plaza mayor. Los siguientes pasos eran sencillos contactar con los representantes legales de la misma, pues el propietario era un bisnieto de D. Ruperto Chapí el cual vivía en Venezuela y tenía como representante un abogado en Madrid. Sus pretensiones, un millón limpio y que la casa no fuera para un particular. Las cartas estaban echadas, solo faltaba llevarlo a aquella general de socios que tanto apoyo parecía haber dado a la comisión encargada del tema.

La asamblea del 27 de abril de 1979 fue muy movida. Se comunicó a los socios de los inconvenientes y ventajas que la casa elegida tenia, como era el estado ruinoso de la casa, el hecho de compartir la casa con un inquilino ya existente…

Tras arduas intervenciones de todo tipo la votación fue ganada por una mayoría llamémosle poco cualificada con 24 votos a favor, 21 en contra y 4 en blanco, lo que dejaba ver la fractura sobre todo generacional que tenía en ese momento la comparsa.

A la vista de los resultados, la directiva decide, no comprar la casa.

Este punto quizás es el más interesante pues el empuje de

algunos socios muchos de ellos miembros de la directiva,

se deciden a hacerse adelante y adquirir la casa de forma

particular abonando a partes iguales la cantidad

correspondiente, muchos de ellos recién casados, poniendo

de aval sus propias viviendas, otros solteros arriesgando la

que sería la vivienda de su futuro, como en una ocasión uno de

ellos diría, con la esperanza de que el banco se la quitara pues

le tenía horror al tema de casarse, pero bromas aparte, el arrojo

y determinación de algunos que a seguro les costaría más de

una discusión en casa hizo posible el crédito en aquel momento.

Cien mil pesetas definales de los años 70 por avalista completaba el montante de la operación, lo que hacia el total del millón de pesetas que el propietario, bisnieto del maestro Chapí pretendía como precio final.

En la asamblea del 15 de Agosto de 1979 se presenta el documento de compra, estableciéndose como forma de pago no sin antes un sinfín de ideas, rifas y otras, opciones de pago la siguiente 15.000 pts por socio al contado o 19.000 en cinco años. Esta forma es la que en última instancia se aprobó también por un margen limitado de votos.

Comenzaba la década de los 80 y la comparsa tenía su casa, pero una casa en ruinas, y de nuevo el tesón y esfuerzo de la gente consiguen de forma desinteresada cambiar esta  situación, por las noches y tras el trabajo particular de cada una de las personas que participaron en el derribo se personaban hasta altas horas de la noche con maceta o picola en mano y sin más conocimiento que el interés por sacar un proyecto adelante, en estas muchos colaboraron, los unos derribando los otros construyendo, las mujeres constituyéndose casi en brigadas de limpieza, Rafa Valdés en intendencia, que no faltara el café reponedor.

En estas labores ocurrió de todo, desde pequeños accidentes como el que le ocurrió a Luís “fonegra”, como la anécdota que nos contaba Paco Enciso, en la que una noche ya a altas horas se personaron en su casa algunas de las personas de las que colaboraban en el derribo y con urgencia lo tiraban de la cama pues con tanto animo y ganas de pico y maza, parte de la escalera que estaban tirando se les venía abajo y tuvieron que apuntalarla de urgencias.

Tiempos en los que las cosas se hacían de otra manera, tiempos en el que las ilusiones de la gente bastaba para que los proyectos salieran adelante, y este en concreto supuso una clara ruptura entre el pasado más reciente y el esperanzador futuro de la comparsa, pues en unos pocos años, y con esta nueva sede social la comparsa empezó  a crecer a pesar de que algunos miembros de la misma, sobre todo los más mayores se dieran de baja, comenzaba la época de esplendor de la comparsa.

La casa a sido sede de innumerables actos tanto públicos como privados, y justo es reconocer a todas las personas que colaboraron, ayudaron e hicieron posible tanto desde lo privado como desde amigos que con sus empresas hicieron posible que este proyecto se realizara, y que ahora más de 30 años después podamos seguir disfrutando de este enclave tan particular en nuestra ciudad. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Plaza Mayor 1896                                                           Plaza Mayor en la actualidad

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
  • Wix Google+ page
bottom of page